sábado, 18 de diciembre de 2010

remotos

en algún punto
de esta narración
pedir la palabra
dejar que salga esa voz
que tanto nos inquieta
a ver si esta vez
nos encontramos en ella

lunes, 6 de diciembre de 2010

tv



ficticios personajes verborrágicos
que estudian y practican
excesivas adjetivaciones sobre otros
deberían permanecer atentos
intranquilos

porque aunque lo certero
lo palpable
se de en un momento preciso
no puedo abandonar mis ideas.

esas cosas también pasan

viernes, 26 de noviembre de 2010

y en cada letra
en cada palabra
de este fragmento de mundo
delimitado por las esquinas
de esta hoja
asumo la responsabilidad

viernes, 19 de noviembre de 2010


si la verdad
o la percepción
de un hecho irrefutable
fuese posible
debería manifestarse
a un costado del costado
al margen del margen
donde suceden las cosas

viernes, 22 de octubre de 2010

salto

aunque las busque
no encuentro muchas certezas
entonces
en el medio de la noche
o del día
sin dar explicaciones
a nada ni a nadie
tomo carrera
salto hacia mi mismo
y desde atrás
de una ventana
que no me pertenece
me detengo a observar
como me detengo a observarme:
desde atrás de una ventana
que no me pertenece

miércoles, 13 de octubre de 2010

en este momento


con la sinceridad
que me permite
mirar a los ojos,
detener mi marcha.

y en  algún
lugar del tiempo
construir una escalera
con palabras
que me lleve al sitio
donde el viento
acaricie los contornos
de lo que fui alguna vez

martes, 5 de octubre de 2010

convergencia

si las líneas
que definen lo que soy
fuesen lo que son
insistiría en esperar
que llegue un día
parecido a este
para mirarnos a los ojos
y preguntar
sin pretender sinceridad:

¿de qué lado del espejo
preferimos estar?

martes, 21 de septiembre de 2010

ahí


en un costado de mi ser
donde convergen
los recuerdos y los olvidos
del que dice ser mi ser
me dispongo con ansias
a esperar
la sumatoria de gestos
del silencio 

sábado, 11 de septiembre de 2010

acá

los más recientes hechos
que desencadenaron
los últimos dictámenes
del ente que regula mis sentidos
parecen indicar:

de ahora en adelante
debo limitarme
con los esfuerzos del caso,
a poner mi cuerpo entero
para sostener la siguiente
proclama fundacional:

mi tiempo es el tiempo

jueves, 2 de septiembre de 2010

rutina

pretender recibir
al menos
un mimo de un centímetro cuadrado
o someterse a los pormenores
de la búsqueda de lo absoluto,
pueden desencadenar
el mismo final que se repite:

de nuevo,
la nada absoluta

o quizá el todo
y otra vez,
no saber qué hacer.

martes, 15 de junio de 2010

octavio


En un día como hoy, mas o menos con la misma temperatura, y casi a la misma hora, Octavio estaba sentado en el patio de su casa tomando mate.
Mientras esperaba un poco para cebarse otro, prestaba atención a la música que salía por los parlantes de su radio, pero sólo para poder concentrarse un poco y tratar de escucharse a si mismo. Va, para tratar de escuchar esa idea que hacía días venía trabajando.
Hoy, no pensaba en que su nombre no le gustaba, ni en su fracaso profesional, ni en la soledad. Hoy, mejor dicho: en estos días, venía pensando en la muerte.
En eso, se cebó otro mate, le dio un par de sorbos, se prendió un pucho, hizo un par de argollas con el humo, y lentamente una sonrisa comenzó a darle alegría a su expresión.
Terminó de tomar el mate, lo apoyó en la mesa, y como si estuviese hablando con alguien, dijo: “¡Eso quiero! Que la última imagen que tenga de mí la persona que me vea morir, sea una sonrisa.

domingo, 6 de junio de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

angustia

Quizá un poco por cábala, y otro poco por cábala, agarro el anotador para sentarme a escribir. El cuaderno está enyetado creo.


Y, al parecer, yo ando en una mala racha. Es que hace ya un tiempo, demasiado para mi, me invade una angustia terrible.

Creo que sería eso, porque la verdad no estoy seguro de lo que es la angustia para todos. Pero para mi, es sentir el pecho oprimido durante la mayoría del tiempo, de la mayoría de los días, de la mayoría de las semanas.

Es sentir una impotencia terrible.

Es estar encerrado en el cuerpo de uno, sin saber hacia donde ir.

Es tener ganas de llorar todo el tiempo, pero sin saber por qué, sin saber bien por quién.

Es no poder arrancar el día cuando debería, ni poder terminarlo después.

Es la soledad, pero con más gente.

Es estar casi estático, casi inmóvil, como aletargado, esperando la minoría del tiempo, de la minoría de los días, de la minoría de las semanas, donde en la cancha, o en un asado, o en un domingo familiar, o sentado escribiendo, siento que el pecho se me descomprime un poco. Siento como un poco de plenitud. De llenitud.

Siento, en esos momentos, que vale la pena estar acá, en este cuerpo, en esta ciudad y con esta mi gente.

Creo que la angustia es como en esos partidos peleados, que al que le tenés que dar el pase, no se muestra, o camina la cancha en vez de correrla, o no mete.

Y encima, pretende tener razón.

lunes, 12 de abril de 2010

vomito en su cara


Algo tiene que salir de mí
Hace tiempo vengo guardándolo
Y me incomoda bastante

Si es bueno o malo
                                  No puedo saberlo
                                                              Hasta que lo saque
                                                              Y me lo digan
Mi saliva
                   Se hace más líquida
                                                       Y salada
Mi cuerpo
                Parece el de un gato
                                                Gruñendo su defensa
Mis labios
               Tiemblan un poco
                                          Y mis cachetes
                                                                  se inflan
el vómito
               es inminente
                                como irreversible
vomito sangre
                      sangre mía
                                        y sangre de pueblo
vomito
            justicia
                            igualdad
                                         guerra
                                                    paz
                                                             revolución
mi vómito
               incomoda
                               escandaliza
                                                     da asco mucho asco y repugnancia
                                                                                                        [a unos pocos]   
quieren limpiar mi vómito
                                      porque huele mal
quieren tapar mi boca
                                 porque dice:
                                                   ¡HIJOS DE PUTA!
                                                   ¡ASESINOS!
                                                   ¡VENDEPATRIAS!
Que me tapen la boca
                                  (si es que pueden)
que limpien mi vómito
                                  (si es que pueden)


no puedo perder nada
                               
mi vómito es el de todos
                                   los explotados
                                                        los hambreados
                                                                               los perseguidos

                                                                               los ex combatientes
                                                             los mártires
                                  los desaparecidos


vomitare para manchar
                                   todo lo que haga falta
el vómito es inminente
                                como irreversible
voy a vomitar para incomodar
                                             para movilizar
vomitare
              todas las veces que haga falta
                                                          no tengo nada
                                                                               por perder

vomitaré  
              hasta que no haya hambre
vomitaré
              hasta que no haya explotación
vomitaré
             hasta que triunfe
                                              la revolución.

jueves, 18 de marzo de 2010


Hay momentos en los que la ficción parece ser la realidad; y la realidad la ficción.
Porque nunca sabemos del todo cuanto de nosotros hay en ese personaje que interpretamos a diario, ni cuanto del personaje hay en nosotros.
Pero debemos interpretarlo. De eso se trata. Y es confuso. Muy confuso.
Igual, no creo que haya que preocuparse de más, porque ¿cuál es el problema que sea confuso?
¿cuál es el problema de confundir la realidad con la ficción?
¿no se trata de eso?
¿no se trata de adaptarse a la coyuntura y hacer las cosas lo mejor posible?
¿no hay que tratar de hacer lo que uno cree correcto?
¿cuál es el problema de hacer lo que uno cree correcto?
Si se trata de eso
¿cuál es el problema de hacerlo?
Tanto en la realidad como en la ficción
¿cuál es el problema?

domingo, 28 de febrero de 2010

tres en uno

1




Aunque muchos digan

que fulano hizo esto

y otros piensen que mengano

hizo lo otro,

yo corro con ventajas.



Quizá sea porque en mi niñez

tanto,

y ya de adulto,

otro tanto.

O tan solo porque supe entender

que coso.



Tampoco es cuestión de andar por ahí

haciendo noseque

no vaya a ser cosa que nosecuanto.





2

Me acuerdo de tu fría voz

Derritiendo los intentos abrasadores de la mía.



Porque siempre fuimos más o menos así

Hasta que las diferencias hicieron lo suyo

Y aunque tuvimos nuestro momento,

Y hayamos empezado de las mil maravillas

Al último

Ni siquiera atendías mis mas mínimos reclamos



Y quizá fue porque quise creer

Que eras distinta.

Pero el final abrupto era previsible



Nunca me cayeron muy bien las telefonistas.



3

Aunque a veces puedas ser muy fría

Y otras empalagante



Aunque a veces sea difícil tenerte

Y otras, nuestras diferencias ideológicas sean insalvables



Aunque a veces la gente hable mal de vos…



A mi siempre me pareciste

Junto con el hielo,

La mejor compañía para mi ferné

lunes, 8 de febrero de 2010

jueves

Estaba en esas vueltas que preceden al sueño… sueño que se hacia esperar hasta la madrugada, y se estiraba hasta el mediodía…y me atrasaba en mis tareas diarias, frustrándome día tras día.
En una de esas vueltas, me dije a mi mismo, o alguien me dijo: date una oportunidad… y sentate a escribir.


En la secundaria tuve que repetir el penúltimo año… y arrastraba conmigo la práctica de dormir poco… eso me dejaba en una especie de semirrealidad…

Para mantenerme despierto, recurría al lápiz y al papel, para describir lo que sentía y lo que pensaba… y así pasaba mis mañanas… estaba en un aula físicamente… pero me permitía a mi mismo divagar por mi cuerpo… por mi entrañas… así fue que mis nuevo compañeros pensaban que el que repetía, el quedado, tomaba nota de todo lo que decía la profesora o el profesor… hasta que pudieron acceder a mis escritos… y ahí comprobaron que era un quedado…



Por momentos soy capaz de ser yo mismo…

Y de abocarme a la escritura.

Son períodos que duran algunos meses… algunas noches…

Y me hacen sentir realmente vivo… hasta que el impulso, quizá por la fuerza de la inercia, me deja nuevamente sin palabras… y me enajeno nuevamente.


Por momentos aboco mi cuerpo a experimentar el alcohol…

Me fundo en uno solo con la noche, con la parte mas oscura de mi ser

Y llego a niveles inimaginables de autoflagelación, a la humillación casi completa, hasta que el impulso, quizá por la fuerza de la inercia, me deja nuevamente sin sensación de vacío, e inútilmente trato de ser yo mismo…


Por momentos, destino mi tiempo pura y exclusivamente a alimentar y cosechar amistades…

Y me siento parte de un ser colectivo…siento que los otros me justifican, y justifico a los otros…

Que vale la pena morir por un abrazo, por una palabra, por un gesto…

Hasta que el impulso, quizá por fuerza de la inercia, me deposita nuevamente en el minúsculo mundo de la individualidad…


Y así transcurren mis días… a fuerza de un poco de voluntad… y quizá de inercia…

Y entre distintas pasiones, como gritar un gol pirata, tomar un ferne rodeado de gente o soledad… transito por distintos estados… y quizá sean ciclos para mantener un poco el equilibrio… o solo sea una forma de lastimarme, cada vez, un poco más.

miércoles, 27 de enero de 2010

ciudad


Te quiero ver prendida fuego
ardiendo desde tus entrañas


Quiero ver como te sacudís
para tratar de apagar las llamas
que consumen lo que fuiste


Que crujan y cedan Todas tus estructuras
y se derrumben…
mostrando un fantástico espectáculo de luces


y mientras agonizas,
que esa marea de gente,
aún con sus teas humeantes
que esa horda humana
con toda su creatividad
te haga nacer nueva


que te edifique desde tus cenizas
y espere…
serena…

martes, 12 de enero de 2010

8

Miró más de cerca, todavía no estaba seguro, y la distancia lo complicaba aún más. Toda su capacidad sensitiva fue reunida con un solo propósito: aguzar su vista.


Inclinó el torso hacia delante, apoyó las manos en sus rodillas (en ese momento el colectivo atravesaba un lomo de burro, por lo que su pose se vio alterada un par de segundos) y fijó su vista en ese espejo que no paraba de temblar.

Allí estaba ella: embelesada por la mano de algún dios, por una buena noche, o simplemente por un buen día, que hacía que su esplendor y su sonrisa la distingan de todas las demás. Un collar dorado con un dije de plata tentaba a los ojos a mirar su escote, a recorrer su cuerpo una y otra vez.

-: debe usar un perfume riquísimo, se decía para si mismo, mientras el chasquido de sus muelas le hacía recordar que no estaba solo, que estaba abriendo la boca de más, que quizá el vaho de sudor y colonias baratas lo hacían alucinar, y que quizá no era su entrepierna descubierta, sino una bombacha de encaje negra, y que debía levantarse y tocar el timbre para volver a pisar el asfalto, para volver a sentir el dolor en el arco de sus pies.

Cuando vuelva-pensaba al andar- cuando vuelva a casa, paso por alguna mercería y me compro de una vez por todas esas plantillas ortopédicas o con arco...esas plantillas que cambiarían mi vida o mi andar..... ¿no es lo mismo? ¿no es lo mismo la vida y el andar? ¿no es que se hace camino al andar? Cuando caminamos por las calles, cuando andamos por la vida, lo que nos identifica, lo que primero vemos del otro es su andar...

¿ y el destino? Si se hace camino al andar, estaríamos forjando nuestro propio destino, con los pasos que demos, hacia atrás o hacia delante, vamos construyendo nuestra vida, que no estaría predeterminada por nada... por nada más que nuestros pasos, por supuesto... siempre pensé que podría haber sido filósofo o poeta, ¿qué tal? Yo, dando conferencias, usando un traje gris, perfume de marca, diciendo lo que entiendo de la vida, y de mis lecturas, o escribiendo, saliendo en la tele en las presentaciones de mis libros, firmando autógrafos... no, creo que si hubiese sido poeta o filósofo sería de esos que no creen tanto en la imagen y que no piensan aislados de la sociedad sino inmersos en la misma, con la gente, si no somos mas que gente, solo que algunos acceden a la educación por los libros y otros por las calles, por la vida en carne propia y no lo que les cuentan de la vida pero... ¿no está lleno de filósofos y poetas?¿no nos cruzamos con ellos a diario, en todos lados?¿ y el colgante de esa mujer? Eso yo ya lo había visto en otro lado...en otro tiempo...

adentrado en su propios pensamientos, cruzaba por la plaza que estaba a solo unas cuadras de su casa; ya había olvidado que debía comprar nuevas plantillas, ya se había acostumbrado a su andar, cuando bajó la vista al patear una piedra sin intención, y notó que los cordones de la zapatilla derecha, se habían desatado. Me parece que voy a tener que atarlos, no me queda otra, pensó y subió el pie derecho al banco de cemento apostado en el costado derecho de la plaza, banco que esperaba repleto de nombres y corazones, plasmados por los “amantes de Liquid Paper”, esos amantes que no tienen lugar en las novelas pero que matan por amor.

El calambre llegó sin aviso. Ese arco pedía una plantilla a gritos, y él no tuvo otra salida que hacer lo que la costumbre le obligaba: dejar el pie en esa posición unos segundos, sufrir un rato, sentir el dolor de la dejadez, de la falta de cariño personal, y estirar el pie lentamente, hasta que el dolor sea una nota amarilla pegada en la heladera, hasta que el dolor sea solamente un recuerdo.

Ahora estaba listo: tiró de sus cordones con ambas manos, acomodó la lengüeta y tiró nuevamente. Hizo un nudo con sus cordones, sin saber porque sus pensamientos acelerados se tranquilizaron, para dejarlo en un momento de intimidad con ese nudo que parecía tan nuevo y tan viejo a la vez. Con ese nudo que recién ahora trataba de entender, con ese nudo que encontraba imperfecto...

-: ¿qué me molesta? Pensaba sin cambiar de pose, sin prestar atención al bolso que había dejado al costado del pie.¿ por qué hoy? ¿ por qué después de tantos años de hacer lo mismo? ¿ qué tiene este nudo que no tenga yo? ¿qué tiene de malo? Es un nudo común y corriente, universal, que todo el mundo usa, ¡eso es!.

¡No!...¿qué tiene? Es la forma que siempre tuvo, que siempre tendrá... ¿qué me molesta?... ¡ya se! Es el centro del nudo lo que estorba, lo que interrumpe el recorrido.

Entonces... lo raro del nudo es el nudo....

¿cómo seria el nudo sin el nudo?......¡sería perfecto!

Contento de su conclusión, elevó los brazos al cielo y gritó: ¡siiii! ¡el nudo sin el nudo sería perfecto!

La gente que caminaba por la plaza lo miro sin mirarlo, lo escuchó sin escucharlo: ya estaban acostumbrados a los gritos sin sentido, ya estaban acostumbrados a las vulgares verdades universales, ya estaban acostumbrados, sin estarlo, al nudo sin el nudo.

Quizá una sola vez en su vida se había sentido tan desubicado: fue cuando estaba en la secundaria, y en un intento despreocupado y viril trató de desafiar a sus compañeros que eructaban en clase, con una flatulencia: todo el curso abandono el cuchicheo; los que tiraban papelitos dejaron de hacerlo; los que hacían chistes verdes suspendieron el final hasta nuevo aviso; el barullo mismo decidió hacer silencio para dar lugar a la explicación de la profesora, cuando él, apretando los puños, cerrando los ojos y pegando su rodilla derecha al pecho soltó uno de sus pedos más ruidosos, para sonreír, para abrir los ojos en busca de la mirada cómplice de sus compañeros superados, para escuchar su pedo que aún retumbaba, para adquirir conciencia del silencio reinante, para sentir todo su cuerpo acalorado y su cara extremadamente roja, para huir desesperadamente al baño, sin pedir disculpas.

Empezó a sentir otra vez ese calor, ese calor, que ahora subía por su cuello hasta su cara, cuando estaba por pedir perdón, cuando estaba por enmendar un error cometido tiempo atrás, cuando se encontró con su mirada desconcertada, cuando entendió que los años habían pasado y no estaba en un aula, cuando la plaza ya estaba atrás, ya era una anécdota, cuando entendió que no había que pedir perdón, cuando el rojo de su cara no era de vergüenza sino de calor, cuando frenó en un quiosco.

—¡que cara hermano! ¡en que te puedo ayudar?

—un agua mineral, ¡puede ser?

—si, ¿como no?

—muchas gracias

—no, no hay de que, buen día

—gracias, igualmente, hasta luego



No era una bondad forzada de parte de ninguno. Era la práctica la que les había enseñado esa cordialidad de quiosquero y cliente, esa cordialidad que no ahorra palabras y que siempre evita un mal trago, aunque sean desconocidos, aunque quizá nunca se vuelvan a ver.

Retomó la marcha hacia su casa, que estaba a unas ocho cuadras del quiosco.

Sus zapatos negros lustrados el día anterior necesitaban betún nuevamente; tanto andar y andar los había llenado de tierra. Su camisa blanca tenía rastros de uso en el cuello y en los puños; la espalda estaba arrugada por viajar en colectivo, y la transpiración por el contacto prolongado con el asiento de plástico, dejó también su marca. Su imagen no era deplorable; era tan solo el vivo retrato de un trabajador agotado, explotado, y con dignidad, como la mayoría.

En la esquina giró a la izquierda, corrió la manga de su brazo, y miró la hora....

— ¡van a ser las ocho! Exclamó con ansiedad y expectativas, sin saber qué le causaba tanta emoción. Continuó con su andar cansado, y sin darse cuenta detuvo nuevamente su mirada en el reloj. ¿qué es esto? Se dijo para sus adentros. ¡ahh! Es un reloj, casi nuevo. Si, ¡eso es! Para medir el tiempo, para eso sirve. ¿y el tiempo? ¿es nuevo como el reloj? No, ¿como puede ser? Estuvo siempre el tiempo ¿no? ¡Siii! ¿o no? ¿O el tiempo existe desde que se mide? ¿es dios o el tiempo, lo que está desde antes que exista el mundo? ¡cuantas muertes se hubiesen evitado si se hablase del tiempo y no de religiones! ¿o no? ¿cuánto tiempo queda? ¿cuánto faltaba para las ocho? ¿dónde dejé las llaves? ¿cuánto tiempo hace que vivo acá? ¡¡¡¿¿¿qué carajo es el tiempo???!!! Gritó entrando a su casa, dando un portazo, y yendo directamente a la heladera. De pasada por el living, dejó el bolso sobre un sillón maltratado por dios, fue hasta la cocina, abrió la heladera y buscó la comida que había sobrado de la noche anterior, sin saber si había alguien en la casa, sin siquiera preocuparse por saludar. Se sentó a la mesa y dio sus primeros bocados impulsados por la desesperación del estómago vacío, fue calmando su hambre rápidamente, y todas las imágenes del día comenzaron a dar vueltas por su cabeza.... el dije de plata con forma de ocho, él dando discursos sobre la vida, el nudo sin el nudo, el pedo de su adolescencia, el quiosquero, el reloj casi nuevo, el calambre...

¡¡las plantillas!! ¡¡La puta madre que me parió, las plantillas, otra vez me olvidé!! Bueno ya está, dijo, ya tendré más tiempo, cuando por reflejo agarró un proyecto en el que venía trabajando, cuando vio su plato vacío y lo imaginó lleno, cuando sus manos trabajaban sin darle tiempo a pensar, cuando notó la falta de luz, cuando accionó el interruptor, cuando se iluminó el comedor, cuando se atragantó con su saliva, cuando tosió hasta poder respirar normalmente, cuando el reloj dio las ocho, cuando comenzó a dar vueltas y vueltas, cuando comenzó a reír a carcajadas, cuando comenzó a gritar incoherencias, cuando siguió riendo, cuando dijo:

¿esto era el tiempo?

¡¡ESTO ERA EL TIEMPO!! Exclamó con los ojos rebosantes de lágrimas, mirando aún fijamente la cinta de moebius que había hecho con una tira de papel y un poco de cinta Scotch.

martes, 5 de enero de 2010

en mi lecho


Yazgo en mi lecho
(no se si de muerte)

Y en mi organismo
no hay más
que alcohol y tabaco.

Sólo se que no hay peor droga
Que la depresión.

Socava cada aspecto de tu vida,
Y te lleva a esta inercia,
Que parece imposible de romper.